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Cuidados de peces

Cuidados de peces

Sin duda alguna, cuando nos damos a la tarea de imitar la naturaleza, y proveer a nuestros peces de condiciones ambientales idóneas para su desarrollo, podemos constatar que en realidad se trata de una tarea compleja y que requiere de mucha atención por nuestra parte.

Aunque en la actualidad existen numerosos equipos automatizados que nos ayudan a mantener las condiciones adecuadas para un acuario, nuestra atención y cuidado es irremplazable. No obstante, las personas que pasan la mayor parte de su tiempo fuera del hogar, pueden hacer uso de estos equipos con el fin de llegar a casa, tras un día ajetreado en el trabajo, y disfrutar del espectáculo visual que nos brindan estos animales tan hermosos y adorables, como son los peces.

Si bien, con las bondades de la tecnología actual, un acuario puede permanecer por espacio de tres semanas fuera de nuestra supervisión a través de comederos automáticos y controles programables de luz, lo cierto es que este tipo de situaciones no deben volverse habituales (de lo contrario deberías replantearte tu idea de tener un acuario).

En este sentido, queremos proveerte de una serie de consejos o tips básicos con los que mantener un acuario saludable y en óptimas condiciones. Al finalizar, podrás advertir que no se trata de una labor compleja, y que con algo de paciencia y dedicación, podrás ostentar una pecera realmente hermosa y deslumbrante.

EL COMIENZO

A la hora de adquirir una pecera, podemos optar por acuarios preconfigurados, muy comunes en las tiendas especializadas, donde nos proveen de todo lo necesario para comenzar a vivir el apasionante mundo de la acuariofília.

Con respecto al material de las peceras, siempre es bueno tener en cuenta que las de cristal son más baratas y difíciles de rayar. Sin embargo, las peceras de acrílico se rompen con menor facilidad, poseen un índice menor de refracción y las ralladuras pueden eliminarse fácilmente.

En cuanto al volumen, mayores dimensiones no significa necesariamente mayor carga de trabajo (a mayor espacio, mayor estabilidad del ecosistema). Para empezar, lo ideal será contar con un tanque que ronde los 90 litros de agua. En cualquier caso, no deberemos elegir peceras redondas, pues poseen una mala oxigenación.

Adicionalmente, deberemos contar con un calentador que mantenga una temperatura estable (por lo general se recomienda mantener un registro constante de 25 grados) y un termómetro que nos permita supervisar el valor de la temperatura.

FILTROS E ILUMINACIÓN

Cuidar de peces

De los filtros de pecera, el más indicado es el biológico, que permite descomponer los residuos habituales y evita el surgimiento de amoníaco, tan nocivo para nuestros peces. La presencia de grava también actúa como filtro, y permite la conservación de las plantas. Tenga en cuenta que elegir grava oscura acentuará el color de los peces, lo que se traduce en una mayor vistosidad.

A su vez, será necesario tener en cuenta que la iluminación en nuestra pecera dependerá de la presencia de plantas o no en la misma. Para resaltar el color de los peces, bastará con luces fluorescentes que no afecten demasiado la temperatura. En cambio, si se cuenta con plantas, deberemos usar luces incandescentes que favorezcan su crecimiento. En cualquier caso, recuerde siempre que un acuario demasiado iluminado y que no contenga plantas, hará crecer las algas de inmediato.

EL AGUA, NUESTRA ALIADA

Primero que todo: el agua directa del grifo no es adecuada para nuestro acuario, pues posee sustancias químicas (como el cloro) que resultan nefastas para los peces. Por ello, conviene conocer un poco más sobre las propiedades químicas del agua. No es necesario cursar un diplomado en química, basta con dominar algunos conceptos básicos como el pH, la dureza del agua o el grado de salinidad que contiene.

Otro punto importante, es mantener una renovación del agua de manera frecuente. Los cambios parciales pueden llevarse a cabo semanalmente, recambiando un 20% del volumen total en nuestro acuario. Si nos auxiliamos de un sifón, limpiaremos las paredes de la pecera, mientras extraemos el agua. También resulta vital que el agua repuesta posea la misma temperatura. El resto de los parámetros deben ser examinados al menos una vez a la semana.

Finalmente, resaltar que el agua elegida dependerá en gran medida de las especies de peces que habiten nuestro entorno. Cada ejemplar posee particularidades únicas que determinan el grado de pH o la temperatura. Ante cualquier duda, acuda al conocimiento de personas con experiencia.

UNAS PALABRAS FINALES PARA LA ALIMENTACIÓN

En cualquier caso, nuestro objetivo principal, será siempre el de mantener a nuestros peces libres de estrés. Esto puede lograrse con los mencionados cambios periódicos de agua, con una buena selección de las especies que convivirán en el acuario, proveyéndoles de suficiente espacio para desplazarse y desarrollarse y finalmente, controlando la alimentación.

Con respecto a este último punto, resaltar que los peces deben de ser alimentados diariamente entre dos y tres veces. La porción de comida empleada debe ser justa, para evitar que el exceso de comida vaya a parar al fondo. Según cada especie, deberemos emplear tipos de alimentos tan variados como las escamas secas y productos congelados, en el caso de los omnívoros, o bien, larvas y mosquitos para aquellas los peces insectívoros.

Siempre es recomendable mantener una dieta balanceada, evitar la sobrealimentación y moderar el uso de comidas artificiales. Recuerde, todo en exceso es malo. Buena suerte.

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