Los delfines son mamíferos marinos que, junto con el cachalote, la marsopa y las ballenas, forman parte de la familia de los cetáceos, y se ubican más específicamente dentro del orden de los odontocetos (animales marinos con dientes). Tienen un sistema de comunicación muy asombroso como veremos más adelante en estas líneas. Si no deseas perderte ni un solo detalle sobre la vida de estos interesantes animales marinos, continúa leyendo.
Tabla de contenidos
Tamaño: 1,7 – 4,5 metros
Clase: Mammalia
Orden: Cetacea
Nombre científico: Delphinidae
Número de especies: 37
Peso: 70 – 110 kilos
Longevidad: 29 – 60 años
Alimentación: Carnívora
Dieta: Peces
Reproducción: Vivípara
Distribución: Todo el planeta
Período de gestación: 10 – 18 meses
Origen: 50 millones de años
Populares por su gran inteligencia, estos animales, de nombre científico Delphinidae, se clasifican además en 34 subespecies, entre las cuales destaca el delfín común, el delfín manchado tropical y el delfín listado. Al mismo tiempo, los delfines oceánicos poseen un parentesco común con los platanistoideos, conocidos comúnmente como delfines de río.
Generalmente, los delfines alcanzan un tamaño que oscila entre uno y nueve metros de largo. Por ejemplo, el delfín de cabeza blanca, oriundo de Nueva Zelanda, apenas rebasa el metro y medio de longitud, mientras que la orca, popular por su color negro y su parche blanco cerca del ojo, es la especie más grande dentro de esta familia y puede llegar a medir cerca de diez metros.
El cuerpo fusiforme de estos animales hace que sean excelentes nadadores, y gracias al espiráculo u orificio que presentan en la parte superior de su cabeza, son capaces de respirar fuera del agua. La aleta caudal les permite desplazarse a gran velocidad, mientras que las aletas pectorales son utilizadas para direccionar el movimiento. Finalmente, los delfines poseen un hocico delgado y alargado que puede poseer entre 20 y 50 piezas dentales.
Aunque se supuso durante un tiempo que los cetáceos provenían de una especie de mamífero terrestre ya extinto (mesoniquios), lo cierto es que, hoy en día se ha podido comprobar que los delfines poseen un pasado ancestral en los artiodáctilos. En el período miocénico, los odontocetos aparecieron en nuestro planeta, y los delfines primitivos no diferían mucho de los ejemplares actuales.
Dónde viven los delfines es una pregunta que depende de la subespecie de delfín a la que nos refiramos. En este sentido, destacan dos grandes grupos, los delfines marinos y los delfines oceánicos, aunque de manera general, se trata de una especie que habita ampliamente alrededor de nuestro planeta, siempre condicionado por necesidades básicas como la alimentación y la seguridad.
En otras palabras, los delfines establecen su distribución de acuerdo a la disponibilidad de comida que exista en las distintas regiones oceánicas. Al ser animales tan sociales, los delfines viven en manadas que pueden incluso superar los 1000 ejemplares por cada grupo. En un caso especial, se encuentra el delfín de río (platanistoideo), muy común en las desembocaduras de los ríos y cursos fluviales. No obstante, esta especie no habita en todos los ríos, si bien es común encontrarlo en algunas regiones de la India (Ganges) y Sudamérica (Amazonas).
Pueden encontrarse en todos los océanos del planeta.
Cuando un delfín nace pasará los primeros meses de su vida alimentándose exclusivamente de la leche de su madre. Este tipo de alimentos es rico en grasas y proteínas que influirán en su crecimiento y desarrollo, pero al cabo de un tiempo no será suficiente para él y necesitará salir a cazar su propio alimento. La elección de sus presas dependerá de la región oceánica donde habite, siendo habitual su predilección por los calamares y peces pequeños. Utilizando sus potentes dientes, estos animales carnívoros agarran a sus presas y las desgarran para luego engullirlas.
De manera general, un delfín consume casi un 10% de su peso corporal cada día. Por ejemplo, para el caso del delfín mular, necesitará 4 kilogramos de comida diariamente, mientras que la orca deberá alimentarse con nada menos que 500 kilogramos de presas como tortugas, leones marinos, pingüinos y hasta ballenas grises.
Los métodos de caza de los delfines son muy interesantes y no son pocos los científicos y biólogos que se asombran con las extraordinarias habilidades de estos animales. Los delfines son capaces incluso de cazar a más de 50 metros de profundidad, ya que, a pesar de no existir luz, pueden guiarse por un sistema de geolocalización muy avanzado que les permite incluso determinar el tamaño de la presa.
Mientras que la orca acostumbra a golpear los bancos de hielo para desequilibrar a sus presas y hacer que caigan al mar, algunos delfines utilizan otras estrategias mucho más ingeniosas. Por ejemplo, cuando se trata de un banco de peces, la manada de delfines nadará alrededor de ellos a gran velocidad para crear una especie de esfera, dentro de la cual quedarán atrapados los peces sin poder salir. De vez en cuando, uno de los delfines atravesará la “esfera” para agarrar tantos peces como pueda, mientras el resto continuará nadando alrededor.
Al mismo tiempo, los delfines también utilizan una técnica conocida como aquaplanning, a través de la cual arrastran a sus presas hacia aguas superficiales para poder someterlas sin dificultades. Finalmente, otra estrategia de caza muy empleada es la cortina de lodo, consistente en arrastrar a la presa hacia aguas superficiales para crear una cortina de lodo que le impida salir.
La reproducción en los delfines presenta características similares en todas sus subespecies. Básicamente, la reproducción consiste en dos etapas: el cortejo y el apareamiento. La ovulación de las hembras puede tomar lugar unas cuatro veces al año, algo que puede variar de acuerdo a la temperatura del agua y otras condiciones exteriores.
La gran mayoría de los delfines presentan rasgos bisexuales y polígamos (pueden copular con varios ejemplares). El macho jefe de la manada elegirá a la hembra antes que el resto, aunque esto puede dar lugar a enconadas disputas entre los ejemplares del mismo sexo. Al igual que el resto de los mamíferos, los delfines copulan mediante la penetración del macho a la hembra, generalmente durante la primavera. 12 meses después de la copulación (17 meses para la orca), la hembra dará lugar a una sola cría, debiendo esperar hasta dos años para poder concebir.
Las crías nacen con la cola primero, ya que sino, morirían por falta de oxígeno.
Con frecuencia, muchos delfines se aparean con ejemplares de otras subespecies dentro del mismo género, dando lugar a un híbrido conocido como balfín. Los balfines no existen en la naturaleza en estado salvaje, y solamente se han dado dos casos registrados hasta la fecha.
No es de extrañar que muchas personas se interesen por la inteligencia del delfín. Gracias a una corteza cerebral impresionantemente desarrollada con respecto al resto de los animales mamíferos, el delfín posee una memoria prodigiosa. Tal es su desarrollo, que muchos biólogos y científicos consideran que se trata del segundo animal más inteligente del planeta, y como vimos en sus estrategias de caza, no es para menos. Numerosas investigaciones científicas han permitido dar a conocer que el delfín es capaz de utilizar su cerebro para desarrollar diversas actividades en pos de su supervivencia.
Los delfines son animales muy sociales, y como tal, necesitan contar con un sistema de comunicación bien desarrollado que le permita coordinar las actividades del grupo y ayudarse mutuamente en caso de peligro. Incluso, algunos especialistas afirman que estos animales poseen un vocabulario sorprendente basado en un sistema de sonidos varios, y hasta en la posición que adoptan con su cuerpo. Con respecto a los sonidos, es preciso anotar que estos animales poseen un sistema de bolsas de aire (cerca del espiráculo en su cabeza) que les permite emitir desde ráfagas y silbidos hasta los típicos clics o impulsos sonoros.
Cada sonido producido es modulado de acuerdo a las intenciones del delfín y el mensaje que desea comunicar a sus compañeros. Por otra parte, al encontrarse en un medio acuático, estos sonidos se propagan con más facilidad, y gracias a su sistema de ecolocalización, los delfines son capaces de obtener información sobre el entorno que les rodea. Las emisiones de alta y baja frecuencia, y su sentido de la audición tan exquisito, hace que el delfín posea el mejor sistema sensorial de todos los mares.
A pesar de que viven en el mar, los delfines no son peces, son mamíferos. Por tal razón, su respiración es muy similar a la de los mamíferos terrestres, y esto puede conseguirse gracias al espiráculo, una pequeña abertura exterior próxima a la tráquea por donde reciben el aire en la superficie del mar. El espiráculo tiene la capacidad de cerrarse o abrirse de acuerdo al medio donde se encuentre el delfín, de manera que, si se encuentra en la superficie, el animal abrirá esta entrada de aire para llenar sus pulmones y sumergirse nuevamente en el mar, donde podrá permanecer sin respirar por varios minutos (puede llegar a una hora como máximo hasta la próxima toma de aire).
Dentro de este aspecto, destaca el hecho de que los delfines no poseen la capacidad de los humanos de respirar inconscientemente. Una parte específica del cerebro de estos animales se encarga de gestionar el proceso de respiración, y mientras permanezcan sumergidos podrán abrir la boca para cazar sin que el agua penetre en sus bronquios.
Gracias a su espiráculo pueden nadar sin que entre agua en los pulmones.
El delfín solo tiene dos depredadores, los tiburones y el propio ser humano. Aunque las orcas también pueden ser peligrosas, especialmente para las crías más pequeñas, lo cierto es que la actividad humana es la que más afectaciones produce para la existencia de estos animales. La contaminación de los mares, las actividades de pesca del atún (donde muchos delfines quedan atrapados en las redes), los experimentos militares para estudiar su cerebro, los accidentes constantes con las hélices de las embarcaciones e incluso su consumo en algunas regiones asiáticas, son las principales amenazas que deben enfrentar estos magníficos animales.
Dentro de las 34 subespecies conocidas de delfines, existen algunas muy comunes y populares, entre las que sobresalen las siguientes:
Vídeo de delfines domesticados.
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