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Cómo se llama el miedo a los ratones y qué es

El miedo a los ratones puede contar con muchos orígenes y es habitual que el ser humano les haya tenido aversión en muchos momentos de su Historia ya que, como bien se puede saber son granes propagadores de enfermedades que pueden afectar al ser humano y que son tremendamente dañinos. Cuando había plaga de ratas o ratones en la ciudad empezaban a enfermar sus ciudadanos y también las reservas de alimentos podían quedan infectadas y por lo tanto, no ser aptas para el consumo humano.

Estas circunstancias pueden haber llegado a extenderse en nuestra sociedad hasta nuestros días, sin embargo, hay otras personas que sienten un miedo atroz e irracional por los ratones y, cuando los ven, aunque solo sea en una animación o un vídeo en la televisión, su cuerpo empieza a sentir sudores fríos y también taquicardia o dificultad a la hora de respirar. En esta guía te vamos a contar cómo se llama el miedo a los ratones, qué es y qué solución tienen las personas afectadas por este trastorno.

Cómo se denomina el miedo a los ratones

El nombre técnico que se utiliza para identificar al miedo a los ratones e incluso otro tipo de roedores de pequeño tamaño es musofobia. La musofobia no es la simple necesidad de apartarnos de estos seres vivos, sino que provoca otras reacciones en el organismo de la persona que las sufren que hacen que incluso sientan ganas de vomitar o en casos más extremos puedan incluso desmayarse ya que su cuerpo no es capaz de aguantar la tensión.

La reacción de esta fobia a los ratones es desproporcionada, es decir, no se llega a razonar con claridad y provoca desde nerviosismo, ataques de ansiedad o incluso dificultad en la respiración o taquicardias que pueden complicarse si el estímulo es muy cercano o incluso más intenso de lo normal, como por ejemplo ver un documental gran cantidad de ratones o incluso si se encontrase a varios por la calle. Las personas que sienten miedo a los ratones son capaces de verlos por cualquier parte, algo que les hace mucho mal, ya que deben de estar inspeccionando toda la sala en la que se encuentran e incluso evitan salir a zonas abiertas o naturales puesto que temen encontrarse con uno pasando por su camino o incluso que se les introduzcan por su interior.

Síntomas de la musofobia o miedo a los ratones

Uno de los síntomas que suelen tener aquellas personas que sufren un miedo atroz a los ratones o musofobia es que sienten que pueden aparecer en cualquier momento. Es común que dentro del cuadro de síntomas que sufran se encuentre el hecho de tener insomnio o problemas a la hora de dormir, ya que no son capaces de conciliar el sueño al pensar que cualquier ruido, ya sea en la habitación, fuera de la casa o incluso entre las paredes puede ser provocado por un roedor y por lo tanto, está siempre alerta. Esto causa por otro lado sensaciones de estrés y mucha ansiedad que puede provocar que dichas personas estén más propensas al mal humor y a las contestaciones fuera de lugar o de tono.

Cómo tratar el miedo a los ratones

El tratamiento de la musofobia debe ser realizado en todo momento por especialistas y no debe dejarse en manos de personas que no son profesionales puesto que lo que podría ocasionar es que los efectos y síntomas se disparen e incluso crear un problema mayor de difícil solución. Las técnicas que describimos a continuación suelen estar incluidas en las terapias con psicólogos, que son aquellas personas que más van a velar por este tipo de problemas y que cuentan con las herramientas más eficaces para su erradicación.

Una de las técnicas más usadas es la de hacer ver a la persona que no existe un riesgo grave o letal por visualizar a un ratón y que por lo tanto, no hay que tenerle tal miedo. Esto se realiza en varias sesiones en las que se busca el foco principal u originario de porqué empezó a sufrir estos ataques de miedo. Cuando la persona es capaz de soltar todo lo que siente y sobre todo, a ver qué originó absolutamente todo, es capaz de seguir con su tratamiento.

Otras partes del tratamiento consisten en ponerse frente a un ratón, bien podría ser comenzando con fotografías o láminas, para poco a poco ir ampliando el rango a verlos en televisión en vivo, tener a uno en una jaula, para que, más adelante y si todo el proceso sigue su curso necesario y el paciente está receptivo, incluso pueda llegar a tocar uno, con el fin de que compruebe que dicho miedo ha sido provocado por sus pensamientos o causas. Esto hará que la persona poco a poco y con las diferentes técnicas que se realizarán durante meses, pueda pasar de no poder vivir al contar con el pensamiento de los ratones siempre en mente, a poder convivir incluso con ellos.

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