La técnica de caza del lince está íntimamente relacionada con su morfología. Es el resultado de la evolución y de una larga selección natural. A cada secuencia de la caza, corresponden una o varias aptitudes físicas o fisiológicas especialmente desarrolladas. El lince caza principalmente al alba y al crepúsculo del día. Se sirve de su excelente vista nocturna y de su fino oído para atacar y acabar con su presa. Es capaz de detectar una presa hasta a 300 metros de distancia. La búsqueda de la presa puede tardar horas y el lince a menudo recorre grandes distancias hasta encontrar la presa que será su comida.
La técnica de caza del lince se resume en los siguientes puntos: búsqueda de una pista, aproximación a la presa, ataque sorpresa, inmovilización de la presa, ejecución y, por último, degustación. El lince sigue estos pasos, desde el inicial que es buscar a la presa, hasta el final que es comérsela. Como la principal baza del lince es el sigilo y el efecto sorpresa, él mismo se acerca con mucho cuidado, incluso con las orejas bajadas. Él utiliza el entorno vegetal de la zona para camuflarse, ya que su pelaje se confunde fácilmente con la vegetación. Se agazapa en una esquina observando largo tiempo a su presa hasta que considera que es el mejor momento para atacar.
Cuando encuentra el momento oportuno, salta sobre su presa. Con un solo bote, puede recorrer incluso 5 metros de distancia. Sin embargo, sobre distancias cortas, es un animal muy rápido. Si falla su primer ataque, tendrá sólo una oportunidad sobre seis para poder cazar a su presas. Su débil capacidad cardíaca hace de él un mal corredor de fondo. Cuanto más cerca lance el ataque a su presa, más posibilidades tiene de cazar a su presa. En caso de fallar el ataque, el lince deberá abandonar la zona ya que otras presas potenciales ya saben que está por la zona y están tan pendientes de él que ya no puede utilizar la baza del ataque sorpresa. Y, por tanto, las posibilidades de éxito son muy bajas.
Una vez próximo a su presa, el lince lo agarra y la inmoviliza gracias a sus uñas retráctiles finamente afiladas. Agarran a las grandes presas por el costado mientras que a las más pequeñas las cogen por la nuca. El lince mata a sus presas asfixiando a su presa, comprimiendo su tráquea con la ayuda de su poderosa mandíbula. Esta forma de matar es sólo para las grandes presas. Para las pequeñas, como podrían ser los roedores, el lince les quiebra la columna vertebral de un golpe violento con su pata. Una vez muerta, la presa es arrastrada a cubierto. Al lince le gusta comer con tranquilidad.
El lince necesita tan sólo de 1,5 a 3 kilos de carne al día. Por lo que pueden estar varios días seguidos comiendo de la misma presa, gracias a que la recubre con hojas y tierra para que no se la quiten.
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