Si bien los peces disco son considerados los reyes de los acuarios de agua dulce, tal apelativo no hace referencia solamente a su deslumbrante belleza, sino también al nivel de condiciones que es necesario garantizar para su buen desarrollo y crecimiento saludable.
No obstante, lo que en épocas pasadas constituía una noble y titánica tarea, en la actualidad, mantener las condiciones de vida de estos peces es algo relativamente sencillo, en parte gracias a los cruzamientos hechos por el hombre y las adaptaciones generadas a partir de la vida en cautiverio.
Los peces disco requieren de una atención esmerada en cuanto a la alimentación y calidad del agua se refiere. En este último aspecto se pueden catalogar como especies muy delicadas, que pueden contraer enfermedades y parásitos al menor descuido.
Tales exigencias le han hecho ganar el rechazo indiscriminado de una buena parte de entusiastas en el mundo de la acuariofilia. Para otras personas sin embargo, le han hecho merecedores de un simpatía única, conscientes de que, emplearse a fondo en estos animales, es una muestra de amor y respeto, sino al menos todo un desafío para mostrar estas maravillas marinas en nuestro acuario.
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Integran la familia de los cíclidos, que a su vez forman parte del orden de los perciformes. El nombre de peces disco (Symphysodon discus) halla su significado en la forma tan característica de estos peces, catalogado por muchos acuaristas como la más bella de todas las especies de agua dulce. En buenas condiciones de alimentación y entorno, el pez disco es capaz de vivir cerca de doce años.
A primera vista, podemos observar que los peces disco son animales de cuerpo achatado y con forma redonda. Sus aletas, dorsal y anal, recorren el cuerpo hasta la región de la cola, que mantiene una forma triangular para ejecutar desplazamientos rápidos. En etapa de adultez, los peces disco pueden alcanzar los 20 cm de longitud, por lo que se recomienda disponer de 40 litros de agua por cada ejemplar que deseemos mantener en nuestro acuario.
Por otra parte, la coloración de la piel es otro de los rasgos distintivos de esta especie, con un rango cromático que suele ir del azul oscuro o el amarillo, hasta el blanco puro o el rojo intenso. Las nueves bandas negras que atraviesan su cuerpo en sentido vertical, determinan el estado de ánimo o nivel de estrés de nuestro pez disco según la intensidad del color.
Destaca además el color rojo característico de sus ojos.
En lo que respecta al dimorfismo sexual, distinguir la hembra del ejemplar macho es algo complicado y requiere de una buena experiencia, excepto quizás en la época de reproducción, donde la papila genital de los machos posee forma puntiaguda y en las hembras, es de tipo redondeada.
En esta sección, el aspecto más importante, es el fuerte carácter gregario de los peces disco. Su estructura jerárquica dentro del grupo les permite definir un líder, al cual le deberemos proveer entre 8 y 12 seguidores que compartirán la carga y la presión del más dominante. Por lo general, no son especies territoriales, y acostumbran a desplazarse en cardumen, razón adicional para mantener un espacio amplio en nuestro acuario.
En algunos casos, cuando enferman o poseen altos niveles de estrés, los peces disco adoptan una coloración negra en su piel, y puede que incluso lo demuestren nadando en círculos, con una postura inclinada o un pronunciamiento repentino de sus franjas negras. Estos síntomas servirán para alertarnos sobre las condiciones del medio, un aspecto que debemos supervisar cada cierto tiempo.
Dentro de las especies que poseen una compatibilidad idónea para los peces disco se encuentran los Tetra, los cíclidos enanos y los loricáridos. En el caso de los escalares, pueden sostener la convivencia, aunque conviene no perderlos de vista y cerciorarnos de que no invaden el espacio de los discos.
Oriundos de la región sudamericana que hoy ocupan Brasil y Perú, los peces discos son habituales en cuencas de ríos amazónicos y lagos de aguas sin mucha actividad. El hábitat se compone además de una temperatura cálida, propia de esta zona tropical.
Durante épocas de inundaciones, el río arrastra la vegetación hacia sus aguas, creando una gran cantidad de material orgánico que se descompondrá con el tiempo. Este suceso condiciona las variables a las que está acostumbrado el pez disco, como por ejemplo, un pH de tipo ácido (entre 4 y 6) y una dureza del agua prácticamente nula.
En este último aspecto, el grado de acidez del agua en el medio natural, propicia la poca presencia de bacterias y parásitos que puedan contagiar al pez disco. De ahí la importancia de mantener los parámetros adecuados en nuestro acuario, ante la vulnerabilidad tan evidente de estas especies.
La clave en este aspecto es sin duda, el equilibrio que podamos sostener en la dieta del pez disco y la capacidad de combinar alimentos vivos, como las larvas de mosquito o la artemia, con escamas, tubifex y algunos vegetales. Entre los criadores experimentados se utiliza como alimento la papilla casera, compuesta de hígado y corazón de pollo, huevo, plátano, zanahorias, etc.
En cuanto a la frecuencia de alimentación, nuestra recomendación es que sea dos veces al día, siempre en pequeñas porciones (tenga en cuenta que los peces son más propensos a morir por sobrealimentación) y garantizando que la dieta contenga proteínas y vitaminas, tan necesarias para el buen desarrollo de nuestro pez disco.
Los primeros huevos pueden ser devorados por los padres, pero no debemos preocuparnos por ello, pues con el tiempo adquirirán confianza y terminarán realizando una puesta definitiva. A los pocos días, podremos disfrutar de los alevines nadando a plenitud por el acuario y alimentándose de la mucosa segregada en la piel de sus padres. Con el tiempo, podremos comenzar introduciendo artemia y a medida que transcurran los días, alimentos más grandes.
Entre los meses de octubre a abril, toman lugar las etapas de cortejo y gestación de los peces discos. El ritual comienza con un paseo a nado de la pareja por todo el acuario. Luego, sucede la exhibición de colores, donde cada ejemplar hace galas de sus atributos, y al terminar, buscan el lugar idóneo para la puesta. Algunas personas acostumbran a dejar a la pareja completamente sola en el acuario.
Lo más recomendable es adquirir nuestros peces discos en números de tres o más ejemplares, de modo que el líder pueda ejercer su presión sobre más de un pez.
Cuando te decidas a comprarlos, asegúrate de no elegir ejemplares recién llegados a la tienda, que puedan encontrarse aún en estado de estrés.
Las bolsas deben colocarse en la pecera hasta nivelar las temperaturas en ambos medios. Una vez abiertas, tu pez mostrará una actitud antipática y recelosa. Deberás esperar a que se sosiegue antes de alimentarlo.
Recuerda que los peces disco necesitan de grandes volúmenes de agua. Puedes partir de los 100 litros y añadir otros cuarenta por cada ejemplar que incorpores.
Mantén la temperatura por encima de los 26 grados, y controla que se encuentren bajo un pH por debajo de 7.
Para cambiar el agua, bastará con renovar un 20% de ella con una frecuencia semanal. Coloca gravilla en el fondo de la pecera, de modo que el pez no se confunda con el reflejo del cristal.
Nunca elijas peces disco de cuerpo oscuro, asegúrate que los ojos correspondan a las proporciones del cuerpo y que este sea lo más redondo posible.
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Me gustó el sitio web y toda la información que me dio.
tengo un pez disco con la aleta dorsal en forma de pico o como un triangulo mi pregunta es si esta aleta así es normal .