Las tortugas laúd son la especie más grande de todas las tortugas marinas que existen en el planeta tierra. Pueden llegar a medir hasta dos metros de largo y pesar más de 900 kilos. Se trata de unas reliquias de reptiles que son actualmente el único representante que queda de unas familias de tortugas con raíces evolutivas de hace más de 100 millones de años. Estos animales se pueden encontrar en todos los océanos, menos en el Ártico y en la Antártida aunque, actualmente, la población de estas tortugas está disminuyendo de forma rápida en muchas partes del mundo.
Tabla de contenidos
Las tortugas marinas tienen conchas óseas muy duras y un caparazón de tinta azul mientras que la tortuga laúd es un animal muy flexible, con un caparazón de textura parecida a la goma. Se trata de unos animales que se pueden sumergir a profundidades de hasta 1280 metros, siendo la especie que más puede bucear, y pueden quedarse bajo el agua incluso 85 minutos.
Estos animales tienen una gran distribución mundial, ya que las podemos encontrar en muchísimos lugares del mundo, desde el trópico y las aguas templadas del Atlántico hasta el Índico y el Pacífico, pasando por el Mar Mediterráneo.
Pueden encontrarse ejemplares adultos de estas tortugas en Canadá y en Noruega, y también en América de Sur y Nueva Zelanda. Por contra a lo que ocurre con otros reptiles, estos animales son capaces de mantener su temperatura corporal caliente en agua fría mediante diferentes adaptaciones que les permiten generar y retener calor corporal. Las adaptaciones de las que hablamos son el tamaño corporal, los cambios en la actividad de la natación, una gruesa capa de grasa y el flujo de sangre. La esperanza de vida de las tortugas laúd es desconocida, pero muchas de ellas mueren pronto por culpa de la actividad humana. Se cree que solamente una de cada mil crías de tortuga sobrevivirá hasta la edad adulta.
Estos animales son capaces de realizar viajes de muchísimos kilómetros, y su forma de orientarse es el campo magnético. Además, cada año abandonan las regiones polares siguiendo las diferentes corrientes del golfo. Los machos de tortugas laúd no abandonan el mar y las hembras lo hacen para poner huevos. Aunque no se sabe cuánto viven en estado salvaje, en cautividad pueden alcanzar incluso los 30 años.
El apareamiento de las tortugas laúd tiene lugar en el mar, y después de este, las hembras llegarán a la costa en la temporada de reproducción para poder anidar. El ritual nocturno de estos animales implica tanto la excavación de un agujero en la arena, como el depósito de aproximadamente unos 80 huevos para rellenar el nido dejando una amplia superficie, como su posterior cubrimiento con arena, con lo que se consigue que sea muy difícil para los depredadores poder encontrar y alimentarse de los huevos. Después de esto las tortugas regresan al mar.
Otro dato realmente curioso es que la temperatura en el interior del nido puede determinar el sexo de las crías. La mezcla de crías de machos y de hembras se llega a producir en el momento en que la temperatura del nido es de unos 85,1 grados Fahrenheit, mientras las temperaturas más altas suelen producir hembras y las temperaturas más bajas hacen lo propio con los machos.
El apareamiento de estos animales tiene lugar en el agua cada tres o cada cuatro años y los huevos los ubican en la playa en que nacieron ellas. La madurez sexual la alcanzan aproximadamente a los 10 años y las hembras pueden desovar hasta unos 100 huevos en una puesta. Son animales polígamos, con lo que varios machos se aparearán con la misma hembra a fin de lograr obtener un esperma de mayor calidad.
Pasados 60 días tras la incubación, el cascarón de los huevos se rompe y las tortugas recién nacidas cavan su propio camino hacia la superficie para poder emprender su travesía en dirección al mar, aunque muchas de estas tortugas son devoradas en su camino por todo tipo de aves, y también por reptiles.
Una de las principales amenazas a las que se enfrentan las tortugas laúd son los seres humanos, ya que éstos toman los huevos de los nidos para consumirlos a modo de subsistencia o afrodisíaco. Las tortugas laúd son víctimas también de las redes de pesca y en muchas ocasiones son golpeadas por barcos. Estos animales también suelen morir muchas veces a causa de la consumición de derechos plásticos, ya que los confunden con medusas y los toman como alimentos.
Aunque se cree que el número de tortugas laúd que existen en el océano Atlántico es estable o incluso va en aumento, la población del Pacífico sin duda está disminuyendo a un ritmo muy alarmante, debido sobre todo a la captura accidental por la pesca, a la cosecha de huevos, al desarrollo costero y a la disponibilidad de alimentos. Además, algunas poblaciones que habitan en el Pacífico han desaparecido de forma casi total de algunas áreas como Malasia. Por último, cabe reseñar como científicos de todo el mundo están estudiando y siguiendo a las tortugas laúd para poder aprender de estos animales de mucho más cerca, para así conseguir salvarlos cuando sea necesario.
Asimismo, de entre las principales amenazas naturales que tienen las tortugas laúd en la tierra, cabe reseñar para las crías algunos animales como los mapaches, las mangostas, los lagartos y varios tipos de aves. Cuando llegan al mar, las pequeñas tortugas también se tienen que enfrentar a diferentes tipos de peces de tamaño grande, e incluso a tiburones. Los ejemplares adultos de tortugas laúd son presas de tiburones, de orcas e incluso de jaguares.
Actualmente, la principal amenaza de estos animales es el hombre, ya que caza las especies adultas y también recolecta los huevos que encuentra en los nidos. Además, el ser humano también contamina las playas de anidación y en muchas ocasiones desorienta a las tortugas recién nacidas con las luces de la ciudad, lo que provoca que en vez de dirigirse al mar, estos animales vayan hacia la carretera y sean atropellados.
También te interesará:
Send this to friend
Las tortugas rusas son una especie de tortugas terrestres que se encuentran distribuidas de forma amplia por Eurasia. Se pueden...