El águila calva tiene como nombre científico Haliaeetus leucocephalus , aunque popularmente también se la denomina águila americana. En otros lugares se la conoce como el águila de cabeza blanca o también pigargo americano o de cabeza blanca. Se trata de un ave que pertenece a las Accipitridae y son originarias de América del Norte. Sobre todo son famosas porque son el símbolo ampliamente conocido de Estados Unidos y aparece en su escudo. Durante algunos años estuvo sometida a una gran persecución, llegando a convertirse en una especie en peligro de extinción pero actualmente se encuentran protegidas y parece que su número de ejemplares está llegando a alcanzar unas cotas mínimas para superar el límite y poder eliminarse de esta lista, aunque todavía se debe preservar con cuidado porque continúa teniendo muchas amenazas en el mundo.
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Al águila calva se la denomina también águila americana porque fue elegida como símbolo para representar a este país, atendiendo a su gran majestuosidad. Para muchas personas de Estados Unidos significa libertad y sin duda es el ave que representa a su nación. Se trata del segundo pájaro más grande en tamaño de toda América del Norte, solamente superada por el cóndor de california. Las águilas calvas son muy famosas y aparecen en libros, en publicidad y en gran número de películas, sobre todo en las que quieren evocar la cultura de los americanos.
En cuanto a sus características fisiológicas, se trata de un animal que hace vida por el día y que suele vivir solo. En ocasiones se las puede ver con otros animales, pero esto solamente sucede en los períodos en que tiene lugar la anidación. En esos momentos pueden llegar a formar grupos de gran tamaño de incluso 400 águilas. Sus hábitos migratorios son muy diferentes según la zona de la que sean originarias. Mientras las águilas calvas originarias del parque natural Yellowstone simplemente migran dentro de su propio territorio, las águilas calvas de Canadá son unos animales que siempre se mueven hacia el sur de América en los meses de invierno. Estos animales tienen un instinto de ubicación bastante primario y se suelen servir de diferentes puntos que les sirven como especiales referencias, por ejemplo, lagos, montañas e incluso ríos. En cuanto a su velocidad de vuelo, son capaces de alcanzar incluso los 70 kilómetros por hora y suelen elevarse siempre por encima de las corrientes conocidas como térmicas.
En cuanto a su físico, se las denomina águilas calvas porque esta zona de su cuervo es bastante particular ya que la tienen llena de plumas blancas. Tanto hembras como machos tienen plumas de color marrón por la parte del centro de sus cuerpos y presentan colas de color blanco. Cuando son jóvenes son todas de color marrón y poco a poco va apareciendo la tonalidad blanca. Además, estas águilas tienen un pico de tamaño muy grande, con un color algo amarillo. También son amarillas en las patas y en sus ojos y además tienen una cola redonda y unas alas realmente largas. Si se comparan con otros pájaros , resulta curioso que en estas aves existe un marcado dimorfismo sexual porque las hembras tienen un tamaño más elevado. Pueden llegar a tener envergaduras de gran tamaño de incluso más de dos metros de largo y normalmente pueden pesar hasta más de siete kilos.
Cuando son jóvenes es bastante normal pensar que se trata de águilas reales porque el color de ambos pájaros es muy parecido, pero poco a poco se van haciendo blancas y aproximadamente con cinco años, cuando consiguen la madurez sexual se volverán totalmente blancas en las zonas anteriormente mencionadas.
Cómo ya se ha explicado, es una especie originaria de América del Norte, pero en esta zona tiene presencia en muchos lugares, con subespecies de costumbres diferentes. Su hábitat natural va por tanto desde Alaska hasta el norte de México pasando por Canadá y pro los Estados Unidos. También existen algunos pequeños grupos de águilas calvas que han sido vistos en Irlanda, en las Islas Vírgenes, en las Bermudas, en Puerto Rico y en Belice, pero se trata de casos aislados.
Estos animales viven cerca de montañas y de bosques, aunque siempre buscan zonas con ríos o con lagos para poder sobrevivir. Van variando de lugar según los alimentos que haya en cada zona y siempre les gusta poder anidar en árboles altos, aunque huyen totalmente de la presencia humana.
Las águilas calvas son animales carnívoros que pueden alimentarse de muchos seres vivos diferentes. Sobre todo suelen comer muchos peces, que van desde el salmón a las truchas pasando por los bacalaos y las caballas. Su forma de cazar es curiosa: se pone muy cerca de la superficie del agua y los coge con sus garras, sin tener que meterse en el agua como hacen otros pájaros. Además, según los alimentos que haya en la zona, también puede llegar a comer ratones, ardillas e incluso garzas.
Se trata también de un ave carroñera, ya que esto es lo que suele comer en invierno y es oportunista ya que en muchos casos puede llegar a robar el alimento de otros animales si no consigue encontrar el suyo propio.
Las águilas calvas o águilas americanas son unos animales monógamos por naturaleza, es decir, eligen una pareja y la mantienen durante toda la vida. Hay excepciones, como por ejemplo si su pareja desaparece por completo o se muere, cuando sí saldrán a buscar una nueva pareja para poder aparearse.
El cortejo de la hembra es realmente visual, pues los machos vuelan para atraerlas haciendo auténticas acrobacias en el aire para conseguir impresionarla y poder copular con ella. Lo más normal a partir de aquí es que la pareja de aves construya el nido para los huevos y las hembras suelen poner entre uno y tres huevos como máximo. La siguiente parte del proceso es la incubación, que se extiende por 35 días, aunque cabe reseñar que se reduce mucho en las águilas que viven más al norte, probablemente debido a las frías temperaturas. Cuando nacen los pequeños pájaros vivirán con los adultos hasta aproximadamente las 18 semanas de edad.
Como ya se ha explicado, aunque se trata de un animal que estaba incluido en la lista de animales en peligro de extinción, actualmente se ha reducido hasta riesgo menor puesto que el número de ejemplares existentes ha aumentado.
A pesar de ello, se debe continuar preservando su continuidad ya que su fecundidad es baja y todavía cuenta con muchísimas amenazas como la pérdida a gran velocidad de sus hábitats naturales, la caza furtiva e incluso el envenenamiento a manos de los humanos.
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