La culebra viperina o también conocida como culebra de agua habita en la zona mediterránea y se encuentra habitualmente cerca de ríos, pantanos o lagunas ya que se alimenta generalmente de peces. Si estás interesado en conocer al detalle a esta hermosa serpiente, te aconsejamos que sigas leyendo toda la información que te hemos preparado.
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Cuando hablamos de la culebra viperina o culebra de agua, nos referimos a la especie que recibe el nombre científico de Natrix maura y que cuenta con varias características que la diferencian de otras serpientes. En primer lugar, se trata de una serpiente que va a contar con una cabeza bastante ancha con respecto a otros ejemplares, una cola que se vuelve corta diferenciándose ambas de lo que sería el cuerpo. El cuerpo tendrá un tamaño mediano siendo la longitud habitual de 900 centímetros, aunque algunos ejemplares han llegado a sobrepasar el metro. Cuando vemos las escamas que forman la piel de esta serpiente, nos damos cuenta de unos dibujos en zigzag que van a recorrer por completo todo el cuerpo del animal. Esto en ocasiones es un signo para identificarlas respecto a otras especies, pero también gracias a las escapas preoculares y postoculares.
Cuando nos fijamos en la coloración que van a tener las escamas de este animal, podemos ver que van variando desde las tonalidades verdosas hasta otras más olivas e incluso pardas, aunque estas en menor medida. Esto solo se va a dar cuando nos fijamos en la parte superior del cuerpo, ya que el vientre o la zona que va a tocar el suelo, siempre será de un color mucho más claro, siendo las tonalidades más habituales el gris junto con el amarillo, con algunas manchas mucho más oscuras y que se intercalan unas de otras. Para poder diferenciar con exactitud si nos encontramos con un macho o una hembra, tendremos que fijarnos en la cola, puesto que en esta última va a crecer unos centímetros más.
La distribución de esta serpiente se encuentra sobre todo en la zona mediterránea, extendiéndose desde el norte de África hasta el Sur de Europa. Según las investigaciones que se llevan a cabo para determinar el hábitat de la culebra viperina, se ha detectado un gran foco de población en Túnez, Marruecos o incluso Argelia, aunque también se han dado casos de ejemplares que han conseguido, no solo vivir en los desiertos del Sahara, sino criar en sus tierras, viviendo y alimentándose de aquello que se han encontrado en esta zona tan árida.
Respecto a las tierras europeas, la encontraremos en España, habiéndose extendido por varias regiones de Portugal, aunque una de las zonas en las que más se localizan es en Francia. Por otro lado, varias decenas de estas serpientes habitan las islas mediterráneas de Mallorca, Menorca, entre otras, siendo lo más posible que llegarán al lugar viajando dentro de barcos, sin que nadie se diera cuenta de estos polizones.
Si nos fijamos en la Península Ibérica, las zonas en las que viven es muy amplia, pudiéndose encontrar en todas las comunidades autónomas, aunque no es del todo habitual que se vean en Asturias o Cantabria.
Cuando hablamos del hábitat de la culebra viperina, nos encontramos con un animal que va a vivir prácticamente toda su vida moviéndose por el agua, ya sea por la superficie de los ríos, como también por las marismas o lagunas. Aunque se conocen casos de localizaciones en las que se han visto estas serpientes viviendo cerca de la costa, no es lo más habitual, ya que no se sienten del todo cómodas en estas zonas, por lo que, cuando encuentran una desembocadura de un rio, intentan por todos los medios subirlo para vivir en zonas más tranquilas.
Van a necesitar también una zona de tierra en la que situarse, aunque muy rara vez se encuentra en estos lugares.
Como podrás imaginar, esta especie de culebra de agua se va a alimentar principalmente de peces como también de anfibios, aunque también es dada a alimentarse de otras serpientes de menor tamaño o incluso lagartos, siempre y cuando su captura no le vaya a ocasionar problemas. Cuando hablamos de las serpientes que han logrado la madurez adulta, su táctica para cazar consiste principalmente en el acecho, deslizándose lentamente por el agua para atacar en el momento en el que su presa esté desprevenida. Es una depredadora que no va a tener prisa, por lo que es capaz de llevarse varios minutos indagando y buscando aquella victima que parece más despistada o que le supondrá un menor esfuerzo en su captura.
Cuando hablamos de las culebras viperinas jóvenes, su alimentación cambia drásticamente, ya que no se van a alimentar expresamente de peces, sino que la gran mayoría se encuentra cubierta tanto de anfibios, como también de larvas o insectos, ya que le van a ser mucho más fáciles atraparlos. Cabe destacar que, cuanto mayor es la serpiente, su alimentación se va a centrar únicamente en presas de mayor tamaño, dejando de lado las pequeñas.
Es en la primavera cuando estas serpientes empiezan su periodo reproductivo. Lo habitual en esta especie es que únicamente vaya a poner una vez al año, por lo que siempre intentará por todos los medios proteger a sus huevos de peligros y depredadores. Según el tamaño de la hembra, o su edad, esta puede llegar a poner desde 2 huevos, algo muy común entre las culebras viperinas primerizas, o los 32 huevos cuando nos estamos refiriendo ya a un ejemplar adulto con mucha edad. El tiempo de incubación va a ser aproximadamente de 45 días, en los que, pasado este tiempo, empiezan a eclosionar. De las crías macho, lo más habitual es que una vez que llegan a los 2 o 3 años de vida, puedan empezar a reproducirse, mientras que las hembras van a tardar más, casi el doble, llegando a los 4 o 5 años. Sin embargo, son las hembras las más longevas, pudiendo llegar fácilmente a los 20 años, siendo estas las que hemos mencionado con capacidad para poner hasta 32 huevos, mientras que los machos tan solo van a poder llegar hasta los 13.
Aunque las culebras de agua son primas lejanas de las víboras, adquieren de estas ciertos movimientos y acciones, con el fin de asustar a sus atacantes, haciéndoles ver que pueden llegar a ser muy peligrosas. De la misma manera, si nos fijamos en una de estas serpientes cuando se encuentra enroscada, su apariencia nos recordará a la víbora, una especie que no nos gustaría encontrarnos cerca. Por otro lado, también imita ciertos sonidos o bufidos, haciendo ver a su depredador que puede atacarle o hacerle daño, haciendo que huya. Otra de sus tácticas consiste en hinchar su cuerpo, pudiendo ocupar el doble de lo habitual. En el caso de que no consiga persuadir al agresor, va a intentar sumergirse en el agua, ya que muchos de aquellos depredadores, como aves, rapaces e incluso otras serpientes no se van a introducir tanto en el agua para buscar a su presa.
Esta serpiente agradece los climas tropicales, en los que exista humedad, por lo que preferirá las temperaturas agradables, ni muy altas, pero tampoco muy por debajo de lo habitual en sus cuerpos.
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