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Serpientes marinas

Serpientes marinas

Estrechamente ligadas a un pasado mitológico (con una fuerte vigencia en nuestros días), las serpientes marinas han sabido encantar a biólogos, marineros y teólogos por igual. En otras épocas, fueron asociadas al demonio Leviatán, que hallaba su representación en un monstruo marino o serpiente gigante. A su vez, estos animales integran parte indisoluble de la mitología nórdica, pues la temerosa serpiente Jörmundgander, capaz de rodear al mundo con su gigante tamaño, sentenció el destino de Thor en las premoniciones apocalípticas de esta religión.

Ejemplos como los anteriores, sirven para ilustrar la pasión que ha despertado en los hombres estas especies de animales. En otras culturas, como la asiática, las serpientes de mar alcanzan otra expresión, donde su carne es considerada un exquisito manjar, y la piel es utilizada para la confección de bolsos, cinturones y zapatos; tanto así, que algunos reportes indican la caza indiscriminada de más de medio millón de ejemplares al año, tan solo en el norte de Filipinas.

DESCRIPCIÓN

Las serpientes de mar, ubicadas en el grupo de la subfamilia Hydrophiinae, perteneciente a la familia Elapidae, son animales que habitan el entorno marino, como un producto de la evolución a partir de ancestros terrestres. Algunos ejemplares son incapaces de desenvolverse en la tierra (a excepción del género Laticauda) y su veneno es considerado uno de los más mortales, dentro de la categoría de serpientes venenosas.

Las serpientes marinas se encuentran clasificadas en 17 géneros, que a su vez engloban un total de 62 especies. Además, se trata de vertebrados acuáticos que necesitan del oxígeno para vivir, una característica que no les permite permanecer a grandes profundidades en el agua. La modificación genética a lo largo de los años le ha otorgado una mejoría en las habilidades natatorias como veremos más adelante.

MORFOLOGÍA

Su tamaño varía entre los ciento cincuenta y los doscientos centímetros, con registros excepcionales de ejemplares de tres metros. En relación a sus parientes de la tierra, las principales diferencias se muestran en el proceso adaptativo al medio. Las serpientes de mar han desarrollado un estrechamiento de su cuerpo en la parte lateral, muy similar a la morfología de las anguilas, y la cola ha experimentado una transformación que les permite desplazarse rápidamente en el agua.

Cómo mencionábamos anteriormente, estas serpientes necesitan ascender a la superficie para tomar el aire, aunque en ocasiones pueden resistir hasta cinco horas bajo el agua. Por esta razón no pueden realizar grandes inmersiones, además de ser animales de sangre fría, que necesitan de temperaturas cálidas para mantener activas sus funciones vitales.

En cuanto al aspecto externo, por lo general, son de color negro, con un patrón de anillos claros repartidos a lo largo de su cuerpo. Su dentadura es más pequeña que los ejemplares de tierra, aunque mantienen similitudes respecto al cráneo. La constricción de su cuerpo a los laterales ha implicado la reducción de la estructura de escamas que propiciaban el desplazamiento por tierra.

DISTRIBUCIÓN Y HÁBITAT

Las 62 especies de serpientes marinas habitan las regiones cálidas del océano Índico y Pacífico, siendo prácticamente inexistentes en la región Atlántica. Su estilo de vida no les permite vivir a grandes profundidades (no suelen exceder los diez metros), y por ello es muy común encontrarlas en las costas, lagos y las desembocaduras de los ríos.

En zonas de gran actividad volcánica puede vérseles cerca de fuentes de agua caliente que llegan a alcanzar los 30 grados de temperatura. Gracias a su veneno, la serpiente de mar cuenta con pocos depredadores, entre los que se encuentra el tiburón. Por supuesto, el principal y más temido de todos es el hombre.

ALIMENTACIÓN

Las anguilas de mar representan el bocadillo predilecto de estas serpientes, aunque también suelen comer otros tipos de peces. Algunas especies se alimentan de moluscos y crustáceos, otras de menor tamaño componen su dieta de huevos de peces.

Muchos pescadores asiáticos persiguen la carne de serpientes marinas, un plato habitual en la cultura culinaria china. Esta práctica sin embargo no representa peligro alguno para la extinción de esta especie. La técnica para la caza de serpientes marinas utiliza fuentes de luz, que atraen la atención de estos animales y permite ser cazadas con facilidad.

REPRODUCCIÓN

Las serpientes marinas son animales ovovivíparos, es decir que la hembra almacena los huevos en su interior hasta la eclosión de los mismos. Esta característica también es común en muchas especies marinas. Los ejemplares pertenecientes al género Laticauda, son quizás la excepción más evidente, pues depositan sus huevos en la tierra, apoyados por sus habilidades motoras. En estos casos, la madre busca encontrar lugares protegidos para realizar la puesta, libre de la acción depredadora de otras especies.

VENENO

El dato relevante de este apartado, es que solo una décima parte de la dosis que puede “inyectar” la serpiente de mar, es suficiente para causar la muerte de un ser humano. Por lo general, suministran el veneno a la presa y se alejan hasta verle perecer. Seguidamente comienzan a engullirla partiendo desde la cabeza.

Las neurotoxinas que componen el veneno de estas serpientes son diez veces más letales que el de una cobra, y sus efectos más pronunciados son la visión borrosa y la insuficiencia respiratoria. Como todas las serpientes, estos animales rehúyen el enfrentamiento directo con el hombre, y por lo general son muy pacíficas, excepto quizás en épocas de celo.

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