Montar a caballo es una de las experiencias más increíbles que existe. Sentir la potencia e intensidad que desprenden los caballos mientras cabalgas sobre este majestuoso animal es lo que permite el arte de la equitación.
Se trata de uno de los deportes más desconocidos pero que siempre cautiva todas las miradas. Un jinete a lomos de un elegante caballo, capaz de superar cualquier obstáculo y de realizar los más gráciles movimientos convierte, a este deporte, en una auténtica maravilla.
A continuación, te desvelamos todo acerca del arte de la equitación, su historia como deporte y todas las disciplinas que engloba.
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Como su propio nombre indica, la equitación es el arte de montar a caballo. Pero, a la hora de establecer qué es la equitación, no habremos de olvidarnos, además de los conocimientos necesarios, de la vestimenta, tanto para el corcel como para el jinete.
Rastreando los orígenes de la equitación, habremos de remontarnos al siglo XVI, momento en el que un conde italiano, Fiaschi, fundó una escuela de equitación en la ciudad de Ferrara, al norte de Italia. Fiaschi transmitió todos sus conocimientos y experiencia a sus más fieles alumnos, quienes trasladaron la escuela a Nápoles.
Así, se sembró el germen de la enseñanza de la equitación en escuelas, las cuales se asentaron en diferentes países europeos como España y Francia. Será en este último país donde se establecieron nuevas fórmulas para mejorar el arte de la equitación, especialmente basadas en movimientos suaves, cada vez más depurados.
Sin embargo, tendríamos que esperar hasta el siglo XIX para asistir al primer gran torneo de saltos a caballo. Celebrado en Irlanda, el Dublin Horse Show, fue el primer evento de estas características, aunque muy alejado de las competiciones actuales.
No será hasta el siglo XX cuando se introduzcan ciertas modificaciones en la técnica de cabalgar. Será de la mano de otro italiano, en este caso, Federico Caprilli, con el que se introduce la postura más reconocible de la equitación: el jinete inclinado hacia delante cuando el caballo salta. Además, también contribuyó al desarrollo del sistema de saltos sobre barreras. Todas estas innovaciones y aportaciones al mundo de la equitación le han valido la consideración de padre de la hípica moderna.
Pocos años después, en 1900, la equitación se introdujo como disciplina Olímpica en los Juegos de París, desarrollándose en base a dos competencias: salto de longitud y salto de altura. Independientemente de la disciplina, la equitación de se caracteriza por:
Estas características adquieren diferentes rangos de dificultad en base a las categorías que, como en otras disciplinas cabe distinguir entre: infantiles, cadetes, juveniles y adultos.
Tales destrezas y conocimientos, son adquiridos por los jinetes en las escuelas de equitación. A nivel nacional, cabe destacar la Escuela Hípica Madrid, donde se imparten clases dirigidas a todas las edades y a todos los niveles en unas instalaciones excepcionales. Descubre todas sus actividades en MadridHipica.com.
Desde su debut en las Olimpiadas de comienzos del siglo XX, la equitación ha desarrollado varias disciplinas entre las que cabe destacar:
La Doma Clásica constituye una disciplina de equitación Olímpica, basada en la armonía entre el jinete y el caballo, que consiste en realizar una serie de movimientos de gran dificultad que vienen determinados en el programa previamente establecido, el cual recibe el nombre de reprise.
Por naturales que parezcan los movimientos realizados por el caballo, detrás de estos, ha habido un exhaustivo entrenamiento para poder llevarlos a cabo con soltura. Entre los movimientos se encuentra: desplazamiento lateral del caballo, girar sobre sí mismos, cambiar de pie al galope y ejecutar aires de gran dificultad y belleza. Todo ello, tienen lugar en una pista de 20m x 60m.
Esta disciplina es una de las demostraciones más evidentes de la relación entre el jinete y su caballo. Consiste en una demostración de velocidad, habilidad y resistencia tanto física como psicológica del caballo y del jinete. Juntos, han de recorrer grandes distancias durante un día, sorteando diversos terrenos y en modalidad contrarreloj.
El jinete ha de saber dosificar los esfuerzos de su caballo marcando un ritmo adecuado durante toda la prueba. Al final de la prueba, se toman las pulsaciones al caballo. Si estas se encuentran por encima de lo permitido, el jinete es eliminado.
Quizá una de las disciplinas más famosas, consiste en atravesar a caballo un recorrido salpicado por varios obstáculos construidos a base de barras, sin cometer ninguna falta por rechazo o derribo.
Estas pruebas se realizan en función de varios baremos, entre los que se encuentran: contrarreloj, caza, potencia, con cronómetro…y son clasificadas en base a las alturas, las cuales oscilan entre 1,10m y 1,60m.
Esta disciplina ecuestre, aunque practicada en unos 40 países, está muy vinculada a España. Consiste en adiestrar al caballo para que realice aquellos movimientos propios del trabajo en ganadería, es decir, aquellos con los que se reúne a las reses para conducirlas a otros pastos o corrales.
Los movimientos que son exigidos en los concursos de doma vaquera se desarrollan en una pista de 18x40m, si se trata de pruebas locales, o de 20x60m si estamos en campeonatos nacionales. Entre los movimientos cabe destacar: parada, inmovilidad y saludo; ejercicios por derecho al paso, trote, galope; parada con pasos atrás y salida al galope; pasos de costado; apoyos al paso o galope, etc.
Esta disciplina es probablemente la más complicada tanto para el jinete como para el caballo. En competición, aúna las disciplinas de Doma clásica, saltos en pista y cross (saltos en campo). La competición se disputa a lo largo de tres días, teniendo lugar una prueba por día.
Disciplina de gran complejidad, requiere de una gran preparación y una extrema complicidad entre jinete y caballo. La disciplina de Alta Escuela comparte algunos ejercicios de la Doma Clásica y su correcta realización depende, en gran parte, del correcto adiestramiento del caballo.
A diferencia del resto de disciplinas, en la Alta Escuela el jinete no estará montado, sino que dirigirá los movimientos en tierra.
La ropa de equitación está específicamente diseñada para montar a caballo. Ha de ser cómoda y, a la vez, elegante.
Pantalones: realizados con tejidos elásticos, han de ser resistentes a la abrasión y al desgate, dado que sufren de rozaduras constantes. Los colores más comunes son: beige, negro y blanco.
Casco: realizados de una cubierta dura y resistente a los impactos, es esencial en el equipamiento del jinete. La parte interna presenta elementos acolchados mientras que la exterior presenta un recubrimiento en tela para aportar elegancia.
Guantes: muy importantes para proteger las manos del jinete de la rozadura de las riendas. Además, favorecen que la sudoración no afecte el manejo de las mismas.
Botas: generalmente fabricadas en piel y con suela de goma adherente. Han de ser cómodas y ajustarse a la perfección al cuerpo del jinete.
Montura
Estribos
Campanas
Sudaderos
Vendas
Cabezada de cuadra
Bridas
Riñoneras
Ramal
Mosquetón
La equitación es un deporte muy completo que exige de unas condiciones físicas excelentes, tanto del caballo como del jinete. Resistencia, fuerza, equilibrio y coordinación son solo algunas de las condiciones y habilidades en juego en este deporte.
Entre los jinetes más destacados de la historia encontramos:
Juan Antonio Jiménez Cobo: natural de Córdoba, es uno de los jinetes españoles más reconocidos.
Rodrigo Pessoa: de origen brasileño, aunque nacido en París, se alzó con el oro en las Olimpiadas de Atenas 2004.
Ludger Beerbaum: este jinete alemán es considerado uno de los mejores de la historia, habiendo coronado el ranking mundial de la Federación Internacional Ecuestre en varias ocasiones.
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