Las 5 enfermedades genéticas más comunes en los animales
A veces puede darnos la impresión de que la naturaleza animal y todo lo que tiene que ver con ella es totalmente ajena a cómo funcionamos nosotros. Su alimentación es distinta, su estilo de vida es distinto, su mentalidad es distinta, incluso el mundo en el que viven en distinto. Sin embargo, lo cierto es que los animales y los humanos tienen muchas cosas en común. De hecho, tenemos muchas cosas en común, desde el os cinco sentidos hasta la capacidad de sentir emociones variadas y complejas.
Hay otros aspectos en los que nos asemejamos mucho a los animales, y es que nuestra carga genética dictamina nuestra forma de vida a muchos niveles. En este caso hablamos, por ejemplo, de enfermedades genéticas. Parecíamos creer que teníamos la exclusiva, pero lo cierto es que los genes transportan mucha información, y en el caso de los animales no iba a ser menos. Hay enfermedades genéticas muy comunes entre las distintas especies, y no está de más conocerlas, especialmente si tenemos mascotas. Lo cierto es que este tipo de enfermedades afectan a todo tipo de animales, pero nos puede resultar muy útil conocerlas en caso de tener un animal a nuestro cargo porque, de ese modo, sabremos cómo cuidar mejor de él.
Si tienes curiosidad por saber qué tipo de enfermedades genéticas padecen los animales, o si quieres asegurarte de estar dándole a tu mascota todo lo que realmente necesita, o si te preguntas si hay enfermedades genéticas que afectan tanto a los humanos como a los animales, hoy voy a enseñarte cuáles son las 5 más comunes dentro del mundo animal.
Enfermedades genéticas habituales en los animales
Aunque resulte inverosímil, una de las enfermedades genéticas más comunes de los animales es la diabetes. Puede afectar especialmente a los perros y significa que tu mascota tiene unos niveles de azúcar muy elevados. Esta enfermedad hay que detectarla y tratarla a tiempo, porque, si la diabetes ya es una enfermedad complicada para los humanos, para la vida de un perro puede resultar mortal. Hay que llevar un control muy estricto de su alimentación, del deporte que practica y, por supuesto, de sus dosis imprescindibles de insulina. Al igual que los humanos, los perros acabarán acostumbrándose a que le inyectes diariamente lo que necesita para estar sano, pero enfrentarse a este trastorno de primeras puede resultar complicado.
Otra enfermedad hereditaria que puede afectar a muchos animales, pero especialmente a los perros y en concreto al pastor alemán, es la displasia de cadera. Es muy probable que, si has tenido o conoces a alguien que tenga un pastor alemán, te hayas tenido que enfrentar a esta enfermedad, ya que la padece un porcentaje elevado de los perros de esta raza. Es una enfermedad degenerativa que dificulta la movilidad del animal en las patas traseras, y puede llegar a ser muy dolorosa. Suele detectarse cuando el animal todavía es joven, y, aunque tiene tratamiento, la displasia de cadera es un trastorno que le acompañará el resto de su vida. Este tipo de displasia también puede darse en otras articulaciones del cuerpo, como la displasia de codo.
El glaucoma es otra enfermedad que afecta a humanos y a animales por igual. Si bien puede darse por culpa de enfermedades previas, el glaucoma aparece por norma general por carga genética y, por lo tanto, por herencia. No es difícil de tratar, pero es de vital importancia pillarlo a tiempo porque es degenerativo y hará que el animal vaya perdiendo visión, hasta alcanzar la ceguera. Se ha hablado también de la existencia de animales con síndrome de Down, pero lo cierto es que ese tipo de trastorno, la trisomía 21, solo puede afectar a los seres humanos. Los animales, no obstante, pueden padecer otro tipo de alteraciones genéticas.
Finalmente, otra patología muy propia de los humanos pero que se extiende, de manera más común de lo que pensamos, entre los animales son las alergias. Las más comunes en los animales son las alergias en la piel, lo que puede derivar en manchas o incluso en problemas en el sistema auditivo. Las alergias las pueden padecer cualquier tipo de animal, pero los hay más propensos a sufrirlas por las características de su genética.
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