Al igual que pasa en los adultos, las necesidades alimentarias de un cachorro son diferentes a las de un perro adulto. En el caso del cachorro, el alimento debe satisfacer las necesidades de mantenimiento, pero también asegurar las necesidades propias de la ganancia de peso.
El alimento es el responsable de constituir un armazón óseo y una masa muscular saludable. Esto se consigue mediante una alimentación equilibrada y muy energética, de gran digestibilidad y valor biológico, con mayor cantidad de proteínas, vitaminas y sales minerales que en un adulto.
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La ración casera es ampliamente suplantada por los alimentos industriales. Y es que éstos últimos, además de ser más práctico, ofrecen un mejor rigor en la composición, su calidad es más homogénea y su coste menor.
Los alimentos en conserva contienen el 80 % de agua. Éstos se degradan más rápidamente y su coste es, generalmente, casi el doble que el de los alimentos secos. Por tanto, es más fácil y económico escoger la alimentación seca, sobre todo para las razas medias y grandes. Pero hay que prestar especial atención a la hidratación del cachorro.
De dos a cuatro comidas diarias, dependiendo de la edad del cachorro. Las cantidades diarias necesarias para el cachorro dependerán de su raza, su edad y su peso.
Los alimentos tipo crecimiento, corresponden a las necesidades de la perra en lactancia. Para los cachorros será conveniente dejar a los cachorros acceder libremente a los alimentos de la madre. De esta forma el destete se hará sin cambios bruscos.
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